Aprieta la espada con garras de acerado filo; cerca del sol por vastedades solitarias, ella está en guerra con el mundo celeste. La tierra yerma por debajo gime; el àguila mira las estrellas que arden en su pecho y deja oir su voz como un rayo que hiere el Sahara y cae desde entonces, como una lluvia de ardientes y azules destellos sobre las calcinada arenas .

lunes, 12 de abril de 2010

La sortija...


En mi dedo tenía una sortija.
La brisa entre los árboles erraba.
El día estaba azul, cálido y bello.
Y me dormí sobre la yerba fina.
Al despertar miré sobresaltada
mi mano pura entre la tarde clara.
La sortija entre mi dedo ya no estaba.
Cuanto poseo ahora en este mundo
es un recuerdo de color dorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario