Aprieta la espada con garras de acerado filo; cerca del sol por vastedades solitarias, ella está en guerra con el mundo celeste. La tierra yerma por debajo gime; el àguila mira las estrellas que arden en su pecho y deja oir su voz como un rayo que hiere el Sahara y cae desde entonces, como una lluvia de ardientes y azules destellos sobre las calcinada arenas .

lunes, 5 de abril de 2010

ODIO

Cuando la noche invade los sentidos
y el deseo es tan turbio
como el cieno,
el odio, primitivo y arrogante,
encuentra un aposento.
Cuando el negro se desliza sobre oscuro
y el corazón es tan violento
como el miedo,
el odio, suicida y asesino,
tiembla en su aposento.
Cuando el eclipse se encierra en las tinieblas
y el pensamiento es tan ajeno
como ciego,
el odio, pleno e implacable,
trasciende su aposento.
Entonces sollozan las estrellas
exiliadas en la sombra del deseo.

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